Definiendo la inteligencia emocional

Mucho se ha hablado del tema de la Inteligencia centrado en lo intelectual. Desde los años 90 el Dr Daniel Goleman viene haciendo investigaciones y sacando publicaciones en el tema. Es importante entender la definición estructurada con base en los últimos estudios.

Elaborado por María Fernanda González M. Consultora EFICIENTE-MENTE.

El mundo emocional tienen tanta riqueza para los seres humanos ya que las emociones son las encargadas de proporcionar la energía para actuar. De hecho la raíz latina motere que significa movimiento. Los primeros estudios de Inteligencia Emocional desarrollados por el Dr Daniel Goleman separaba las habilidades emocionales en dos categorías: la primera incluía las habilidades intrapersonales que tomaban en cuenta habilidades como el autocontrol, la automotivación, y el autoconocimiento. La segunda categoría incluía las interpersonales como la empatía, el manejo de las relaciones interpersonales, el liderazgo y la convivencia.

En las últimas revisiones de su teoría se habla de cinco habilidades que incluyen:

1. El autoconocimiento es decir la capacidad de conocer las propias fortalezas y debilidades, los motivadores, los valores y el impacto que tienen estos en los demás.

2. La autorregulación que es la capacidad de controlar o redireccionar los impulsos o estados emocionales que no son constructivos.

3. La motivación definido como la energía interna de logro para sacar adelante los proyectos.

4. La empatía que permite entender las emociones y necesidades de los demás y actuar en sincronización con estos.

5. La habilidad social que permite manejar las relaciones interpersonales con objetivos específicos.

Afortunadamente está comprobado que todos nacemos con cierto nivel de inteligencia emocional y lo más importante es que estas habilidades pueden ser desarrolladas y fortalecidas a través de la persistencia, la práctica y el feedback que se recibe en la interacción. Al contrario del conciente intelectual que solo se desarrolla hasta cierta edad, la inteligencia emocional se puede incrementar a lo largo de toda la vida dependiendo de la decisión que tome cada persona. En una de sus conferencias el Dr Goleman afirmaba: Cuanto más abiertos estemos hacia nuestros sentimientos, mejor podremos leer los de los demás . Cuanto más fortalecidos estemos en el propio autoconocimiento, vamos estar en capacidad de leer los sentimientos de los otros sin contaminarlos con los propios. Con este conocimiento vamos a estar más preparados para ejercer el autocontrol.

Si complementamos estos descubrimientos con los de la neurociencia encontramos una base tangible y experimental para entender con mayor profundidad la vida emocional. Las emociones tiene circuitos cerebrales que actualmente están delimitados y estudiados. Lo que se denomina como cerebro emocional o sistema l?mbico se compone de una serie de estructuras interconectadas. Se destaca de manera especial una estructura del cerebro emocional llamada la amígdala, que funciona como aquel radar emocional que detecta las amenazas y peligros y prepara al cuerpo para las reacciones de defensa o huída.

La corteza prefrontal que está ubicada detrás de la frente, es la encargada de funciones más especializadas como la supervisión, el control, la planeación, la proyección entre otras. Cuando se habla de autorregulación estamos frente a un balance neurológico entre la amígdala (la emoción) y la corteza prefrontal (lo pensante o racional). Una manera de ayudar al autocontrol es por ejemplo respirar muy concientemente de manera que exista un tiempo entre la amenaza y la reacción. Esto se ve claramente cuando por ejemplo alguien nos grita podemos demorar la reacción, esperar un segundo para actuar en vez de reaccionar.

En los estudios de la imágenes del cerebro se ha demostrado que cuando hay una gran amenaza ya sea física o emocional, se detecta más actividad en el circuito neuronal entre el lado derecho de la amígdala y el mismo lado de la corteza prefrontal y se actúa descontroladamente. Cuando la persona logra controlarse, a nivel cerebral se ve más actividad en el circuito de la amígdala con la corteza prefrontal izquierda. Al sincronizar las prácticas meditativas con el estudio del cerebro, se ha demostrado que por ejemplo las personas que practican la meditación tienen un mejor autoconocimiento y por lo tanto autorregulación.

Se ha demostrado en el laboratorio que los circuitos relacionados con la corteza prefrontal izquierda tienen mayor actividad que los de la derecha. Uno de los grandes estudiosos de este tema es el Dr Richard Davison de la universidad de Wisconsin, el cual ha dedicado muchos años al estudio de la neurociencia afectiva.

El Dr Goleman recomienda para fortalecer y cultivar la corteza prefrontal izquierda: Tomar periodos regulares de descanso, especialmente cuando ha habido amenazas de la amígdala. Practicar la meditación de relajación. Generación de estados emocionales positivos. Practicar la autoconciencia y autorreflexión preguntándose que estoy sintiendo, estoy reaccionando en justa medida?. Realizar actividades que son relajantes que equilibren la exigencia del resto de actividades. Es importante entender que cualquier estrategia que se tome para el manejo emocional debe ser practicada en estados normales y no pretender solo practicarla en periodos de alto impacto emocional porque muy seguramente no van a ser tan efectivas.