Bienestar: Detectando la depresión en sus colaboradores
La palabra depresión se ha vuelto tan natural en nuestras conversaciones diarias, que a cualquier sentimiento de tristeza o incomodidad, lo catalogamos como depresión. Una cosa es tener un mal día, en el cual pareciera que todo nos sale mal y lo único que queremos es meternos en un hueco donde nadie nos hable, y otra cosa muy distinta es sufrir de depresión.
Si nos situamos en el ámbito empresarial, es necesario tener en cuenta que como líder de un equipo o de una organización, una gran responsabilidad es aprender a detectar los primeros síntomas de depresión en sus colaboradores para orientarlos hacia acciones que faciliten su intervención y tratamiento. Es característico que si uno de sus directos funcionarios empieza a no cumplir con sus fechas de entregas y compromisos laborales, o comienza a mostrar incapacidad para tomar simples decisiones, o de la noche a la mañana muestra señales de aislamiento y una necesidad de no ser visible en sus obligaciones, puede ser muy posible que esté empezando a sufrir de depresión.
Un episodio de depresión puede ser sufrido por alguien desde temprana edad o como en otros casos, se manifiesta como un cuadro de depresión reactiva es decir, como consecuencia de un evento traumático que ha sido difícil de manejar. Estos eventos pueden ser una pérdida significativa como la muerte de un amigo o un familiar cercano, relaciones familiares disfuncionales que la persona vive como algo agobiante, un proceso de divorcio, una enfermedad grave propia o de un miembro de la familia: un hijo, la pareja o alguno de los padres. La buena noticia es que la depresión es una de las enfermedades del espectro emocional mas tratables; eso si tomando en cuenta la habilidad propia o de otra persona para detectar los síntomas y así realizar el tratamiento correspondiente. Se ha demostrado que las mujeres tienen mayor tendencia a sufrirla que los hombres; la Organización Mundial de la Salud en su último informe en Suiza afirmó que las mujeres la sufren 1.5 más que los hombres.
La depresión es una de las condiciones más debilitantes para la persona y afecta la dinámica familiar al igual que la laboral. En estados Unidos cuesta mas de 51 billones de dólares en productividad y ausentismo; adicionalmente se ha catalogado como una de las enfermedades más costosas del sistema de salud americano. En Colombia que se estima que el 4.7% de la población puede estarla padeciendo según informes de la Organización Mundial de la Salud, sin embargo estas cifras muchas veces solo incluyen los registros de los pacientes que reciben tratamiento. Se dice que para el año 2020 esta va a ser una enfermedad más frecuente por encima del cáncer y las condiciones cardiovasculares. En el año la depresión cobra la vida de un promedio de 788.000 personas, especialmente debido al suicidio.
Los síntomas más comunes de la depresión en el trabajo son:
+ Dificultad para concentrarse, recordar fechas o datos o tomar decisiones.
+ Un cambio significativo en el ritmo de trabajo con respecto a los hábitos laborales característicos o de productividad.
+ Ausentismo, incumplimiento en los horarios o necesidad de ausentarse de manera permanente de su trabajo.
+ Reacciones emocionales desproporcionadas y muestras de sensibilidad extrema frente a los simples hechos laborales.
+ Notoria disminución en el interés de sus responsabilidades.
+ Exceso de lentitud en los resultados e imposibilidad para estar enfocado en sus proyectos y obligaciones laborales.
+ Incremento notorio en los errores en acciones y reportes.
+ Aislamiento de sus compañeros de trabajo y/o de sus amigos en la empresa.
Si usted a detectado varios de estos síntomas es necesario que aborde directamente el problema con su colaborador para tomar la acción correspondiente. Como es un tema personal y de poca aceptación social, es importante que como líder cree una ambiente de confianza para que se pueda hablar abiertamente del tema. El principal foco debe ser su preocupación sobre su bienestar personal y del equipo, en vez de hablar de las ausencias y falta de cumplimiento y productividad. Es necesario enfocarse primordialmente en la salud persona más que en los problemas. Si el empleado no se siente lo suficientemente confiado para hablar el tema con usted como líder, es necesario remitirlo inmediatamente a recursos humanos para que le puedan hacer las remisiones médicas y hablar sobre el soporte que le puede dar la empresa; lo principal es que su funcionario se sienta apoyado.
Acciones productivas para enfrentar la crisis:
+ Hacer un plan de trabajo diferente en el cual se le puedan asignar responsabilidades de corto plazo y con acompañamiento directo para poder motivarlo a hacer los esfuerzos necesarios.
+ Si es posible, ayudarle a detectar si existen algunos disparadores de los síntomas en el área de trabajo para que aprenda a manejarlos.
+ Es posible que se tengan que hacer algunos ajustes temporales en el ritmo de trabajo durante la crisis depresiva.
+ Organizar un horario flexible y recomendarle hacer pausas de descanso cortas y más frecuentes.
+ Aligerar la carga laboral mientras se maneja la crisis aguda, asignarle un posible compañero que le pueda hacer seguimiento a sus fechas de entrega de proyectos.
+ Si la crisis es profunda y requiere ser hospitalizado, es importante estar en contacto de manera permanente para que se sienta acompañado también por la organización.
Hay que tener en cuenta que las personas no sufren de depresión de la misma forma; igualmente la duración de los síntomas puede variar significativamente de una persona a otra. Las personas que ocupan posiciones de liderazgo deben tener conocimiento sobre estas señales de tal manera que puedan tomar acciones proactivas para recuperar a sus colaboradores y ayudarlos a que vuelvan a ser las personas comprometidas con su trabajo y proyectos.