San Valentin un invento comercial?
Mucho se ha pensado en lo que significa la fiesta de San Valentin y lo que la mayoría cree, es que es una fiesta comercial inventada por la cantidad de centros comerciales. Igualmente se tiene también la creencia de que es una fiesta de los últimos tiempos y realmente es una celebración antigua que data del siglo III. El país donde más la ha publicitado es en Estados Unidos y ahora la hemos adoptado en Colombia. La fiesta se celebra el 14 de febrero porque ese día murió el sacerdote Valentín.
En Roma en el siglo III, ejerció durante ciertos años su sacerdocio el religioso llamado Valentín; estando de emperador Claudio II en el gobierno, buscando el beneficio y fortalecimiento de su ejército, decidió que los jóvenes no podían casarse debido a que los hombres solteros eran los mejores soldados, ya que no tenían ningún tipo de ataduras para dedicarse plenamente a su labor. El sacerdote Valentín al no estar de acuerdo con la medida, decidió casar las parejas de enamorados en secreto, lo que posteriormente lo llevó a la cárcel donde fué martirizado hasta su muerte. Es por esta historia que ha sido considerado a San Valentin el patrono de los enamorados.
Esta celebración se ha popularizado tanto que se ha perdido un poco el sentido de la fiesta y es por esto que los invito a reflexionar sobre la relación de pareja que viven actualmente. Estar enamorado implica experimentar toda esa energía emocional que lleva a vivir cierta clase de deseos y experiencias que se traducen en:
1. Disfrutar de manera especial la cercanía física y emocional.
2. Usar la creatividad para soñar y visualizar sueños y retos a largo plazo para estar juntos.
3. Tener la capacidad de estar incondicionalmente con el otro.
4. Sentir que se tiene toda la energía para sacar adelante cualquier reto.
5. Centrarse esclusivamente en lo maravilloso de la pareja.
Que pasa con esta experiencia después de un tiempo? a donde va toda esa energía emocional que pareciera haberse diluido? Muchas parejas se cuestionan sobre esto y más de uno experimenta frustración. Sin duda alguna, gran parte de este malestar puede estar generado por la falsa creencia de que estar enamorados se experimenta de la misma forma a través de los años y de las etapas de la pareja. Así como estar en el medio académico implica pasar por diferentes cursos con diferentes materias o materias similares con conocimientos diversos, esto mismo es lo que le pasa a la pareja.
No podemos pensar que ese amor idílico y con ciertos matices de irrealismo vaya a durar toda la vida; si esto fuera cierto, no podríamos sacar adelante los proyectos de pareja como conformar familia, crecer profesionalmente con mayor estudio, construir un patrimonio financiero, disfrutar las vacaciones de ensueño, comprar un carro etcétera, porque para esto tenemos que hacer compromisos y delinear retos que exigen planeación y capacidad para no dejarnos manejar por la inclinación de una satisfacción inmediata. Este ejercicio implica conocer la manera como se experimentan las emociones y sobre todo controlarlas para no dejarnos tentar por aquellos momentos de emoción desbordada o de crisis transitorias que se pueden presentar en retos a más largo plazo.
Cada objetivo implica que tenemos que hacer ajustes y nuevas negociaciones entre los dos integrantes para sacar lo mejor de cada uno y «no morir en el intento», ser perseverante en los proyectos nos implica direccionar las emociones para estar motivados y encontrar las energías para superar los obstáculos y ser capaces de ser flexibles después de aceptar que el rumbo no fue el más adecuado. Esto implica necesariamente poner en juego las habilidades emocionales de auto-conocimiento y auto-regulación. Entender que no siempre tenemos el mismo ánimo y disposición, requiere de estar conectados emocionalmente y para esto usamos nuestra empatía, explorar lo que siente el otro para asumir que mi pareja es un ser diferente con emociones y necesidades distintas y que esto enriquece la vivencia y no necesariamente debe convertirse en un punto de conflicto.
Asumir que la pareja no es una amalgama indiferenciada de personalidades, sino más bien la conjugación de emociones, sueños, necesidades, expectativas e historias diferentes, delimitan un mundo que se sincroniza y se enriquece. Si logramos entender que la diferencia aporta nuevos recursos, vamos a estar abiertos a negociar las diferencias, para que de pronto se creen nuevas posiciones. Este trabajo de carácter emocional va a requerir de la aplicación de las habilidades sociales: manejo de conflictos, comunicación, adaptación al cambio y persuación que están incluidas en la Inteligencia Emocional y que nos retan en todo momento, sobre todo en un mundo lleno de experiencias sociales que van más allá del ámbito de la pareja.
Esta relación tan especializada y que dan tanto sentido a la vida, se convierte en un nuevo ser que tiene su propia manera de ser y de sentir; que requiere de ser cuidada, alimentada y estimulada para que siga creciendo y pueda pasar todas sus etapas de manera exitosa. Que estas fechas especiales como la de San Valentín, que nos recuerdan el compromiso de estar enamorados, sea una oportunidad para apostarle a la pareja, reflexionando, creando nuevos momentos y recordando los detalles y experiencias más significativas para regalarle lo mejor de cada uno a esta relación.