Contagiando el positivismo
En esta época que se habla tanto de los nuevos estados virales y enfermedades, se habla mucho del tema del contagio y como debemos tomar medidas para evitar contagiarnos para no enfermarnos. Sin embargo, podemos ver la otra cara de la moneda con respecto al tema del contagio. Afortunadamente en el mundo de los avances en la investigación, la neurociencia y la psicología positiva han centrado mucho su atención en el proceso del contagio emocional.
Las emociones se contagian más fuertemente que una gripa en una organización o en un colegio. Es importante aclarar que se contagian tanto las emociones positivas como las negativas y en este artículo vamos hacer énfasis en el contagio del positivismo.
Teniendo en cuenta que los humanos somos seres sociales, estamos dotados de un cerebro que se sincroniza con los cerebros de las personas que están a nuestro alrededor para poder realizar ese mágico entrelazado de experiencia, que nos permite crear relaciones y navegar en las redes sociales para enriquecernos de todos los eventos constructivos que podemos compartir. Es claro que cuando compartimos en la red noticias y experiencias positivas, estimulamos positivismo y felicidad en nuestros contactos hasta en un tercer grado!!!. Creamos un efecto de onda que no solo se queda en nuestro entorno, sino que termina abarcando el ambiente relacional del amigo de nuestro amigo del amigo.
El mundo de las noticias y las redes sociales tiene un impacto tan significativo que podemos crear un estado emocional positivo y constructivo que nos estimula a crecer, innovar, compartir y disfrutar lo mejor que tiene cada uno. Cualquier experiencia colectiva positiva como cuando compartimos los Juegos Olímpicos por ejemplo, podemos sentirnos contagiados de observar la excelencia y dedicación de cada participante. Este es un gran ejemplo, aunque también se presentan eventos individuales y simples que los podemos convertir en un motivador de experiencias positivas para los demás.
Potenciar el impacto positivo de nuestras redes y ser responsables de lo que compartimos cada uno en nuestra propia cuenta, puede convertirse en un patrimonio de estimulación y creación de positivismo que no debemos dejar al simple azar. Convertirnos en «detectives del optimismo» que nos lleva a centrarnos en eventos positivos sencillos de la vida diaria, se convierten en material valioso para compartir. Este compartir nos ayuda a tener una mentalidad optimista para disfrutar más aún lo que la vida nos ofrece y a su vez, nos hace más fuertes para enfrentar los momentos críticos que se pueden presentar en cualquier momento.
Potencie el impacto del contagio emocional positivo para su propio bienestar y el de la comunidad en la cual se desenvuelve de tal manera que aporta a una sensación de vida más gratificante y a no quedar inmersos en un mundo donde las noticias de los programs informativos solo hacen énfasis en las tragedias y negativismo alrededor del mundo.