La prevención el mejor antídoto para evitar los daños del stress
Es una realidad que el estilo actual de vida estimula el stress de manera permanente. Existen factores externos que son los grandes motivadores de esta condición, las presiones económicas, las dificultades que se presentan de manera constante en el núcleo familiar, las exigencias desbordadas de un mundo laboral cada vez más competitivo, son algunos de los llamados “grandes estresores” de la actualidad. Las condiciones permanentes de stress, no solo dañan el organismo con respecto a la salud digestiva, cardiaca y hormonal, sino también a nivel cerebral.
Recientes investigaciones han demostrado que el stress crónico nos puede llevar a la depresión y a tener un alto riesgo de presentar enfermedades a nivel cognitivo como el Alzheimer. Cuando el stress se presenta, la primera reacción del organismo es la producción del cortisol que hace que el ritmo cardiaco se acelere, se incremente el metabolismo, la presión arterial y el sistema inmune se vea afectado. El mecanismo de recuperación del cuerpo, en condiciones normales, hace que todas estas condiciones vuelvan a su nivel de base. Sin embargo, cuando se está en una condición de stress permanente, el organismo no tiene la posibilidad de recuperarse.
A nivel cerebral, el exceso de cortisol no le permite al hipocampo (área del cerebro responsable de la memoria entre otras) generar nuevos circuitos para grabar las nuevas informaciones. Esta área cerebral tiende casi que a encogerse, lo que limita nuestro funcionamiento cerebral a nivel de memoria y aprendizaje. Se llega a tal punto que las personas se adaptan tanto al stress, que terminan olvidando los mecanismos para contrarrestar esta condición y llegan al agotamiento sin darse cuenta.
Se ha comprobado que se pueden adoptar estrategias de vida para contrarrestar el stress y vivir una vida más sana y tranquila; adicionalmente se van a evitar daños a largo plazo que solo son experimentados cuando el efecto nocivo no tiene mayor salida. Estas medidas están basadas en la adopción de mejores hábitos de vida:
- Practique alguna actividad física. En el 2012 se demostró que las personas que realizaban actividad física aeróbica de manera constante, presentaban menor deterioro del hipocampo que las personas que no hacían ejercicio o no de manera constante. El ejercicio practicado de manera regular, reduce la tendencia a presentar síntomas depresivos, estimula la auto-confianza al secretar endorfinas ( neurotransmisor del bienestar y felicidad) y motiva una mejor calidad de sueño y descanso.
- Las relaciones sociales constructivas son uno de los mejores antídotos para balancear el stress. Tener buenos amigos induce la producción de oxitocina que contrarresta los efectos del cortisol; socializar aporta al bienestar tanto físico como emocional. Construir una ambiente social enriquecido con la participación de los amigos, familiares y buenos compañeros de trabajo son el mejor recurso emocional.
- Disminuya el acelerador: practicar actividades relajantes como la meditación, caminar en la naturaleza, la práctica del tai chi o yoga o cualquier actividad que le ayude a aquietar su mente y pensamientos, van a estimular una sensación de tranquilidad y desconexión. Así como el cuerpo requiere tiempo para descansar, igualmente lo necesita la mente para lograr el equilibrio y bienestar que recarga las baterías para seguir con los retos e la vida diaria. No necesita que se lo recuerde, pero su mente se lo va a agradecer.
- Dese el permiso de reír y gozar la vida. Disfrutar con los amigos y acompañarse de aquellos que tienen buen sentido del humor, le van a ayudar a ver la vida de manera más ligera y a no preocuparse en exceso. No hay nada más relajante que una buena carcajada compartida con los buenos amigos o con sus colegas en el trabajo. El poder reír ayuda a recuperarse rápidamente de una mal momento.
- Mantener el positivismo depende en donde se pone el foco de atención. El vaso medio lleno o medio vacío, le suena familiar? es simplemente la manera como se interpretan las cosas lo que marca la gran diferencia. No se puede tener el control de la mayoría de los eventos, lo que si se puede controlar siempre, es la forma como se argumentan.
- El cerebro y la salud física y emocional está gran parte en las manos de cada uno. Ser consciente y responsable de si mismo, ayuda a escoger la creación y práctica de mejores hábitos que impactan en la calidad de la vida actual y a largo plazo.