Reentrenando el cerebro para la salud emocional

Al igual que nuestro cuerpo requiere de un continuo entrenamiento para estar acondicionados físicamente, el acondicionamiento emocional requiere que entrenemos para fortalecer nuestros músculos emocionales .

En la actualidad la situación empresarial y profesional implica no solo una gran preparación técnica, profesional y de experiencia, sino también una muy buena solidez emocional. El mundo cambiante de la tecnología ha llevado a que los retos empresariales sean igualmente estimulantes y sujetos a cambio. Esto se traduce a que en ocasiones las estadísticas e informes financieros parecen más bien una montaña rusa llena de subidas y bajadas extremas.

En esta realidad marcada por tantos altibajos, es posible que se experimenten momentos difíciles o que las personas creen ambientes tóxicos, en otras palabras, que generen estados emocionales de ansiedad, stress, exigencias inmanejables, competencias desequilibradas y manejos que llevan a que las personas se sientan agotadas. Se hace inminente la necesidad de crear mecanismos que desde el propio cerebro, estimulen circuitos que contrarresten estas condiciones inevitables.

Las investigaciones que por años se vienen desarrollado en el Laboratorio de la Neurociencia de la Afectividad, dirigido por el doctor Richard Davison PhD en la Universidad de Wisconsin, ha comprobado los diferentes trazados de actividad cerebral dependiendo de la clase de emoción que se experimente. Cuando las personas están en situaciones de grandes exigencias estresantes, se muestra una gran actividad en la corteza prefrontal derecha. Se ha comprobado también como las personas que manifiestan síntomas de tipo depresivo, igualmente presentan actividad en el lado derecho, es decir que las emociones negativas están asociadas con este circuito.

Por otro lado, se comprobó que cuando las personas se sienten relajadas, contentas, entusiasmadas y positivas, el área de la corteza prefrontal izquierda muestra una gran actividad. Es determinante entender que indudablemente todos experimentamos ambos tipos de emociones; sin embargo, cuando estudian los cerebros en reposo y encuentran que proporcionalmente hay más actividad en la corteza prefrontal izquierda, las personas tienden a experimentar más proporción de emociones positivas, mientras que si la actividad es superior en el lado derecho, existe una tendencia a los síntomas depresivos y emociones de corte negativo.

No nos podemos apartar de que la genética puede marcar una tendencia específica con respecto al tono emocional; sin embargo también es claro que podemos entrenar nuestros circuitos neuronales de las emociones positivas para que se fortalezcan y nos ayuden a enfrentar las montañas rusas de las situaciones diarias a nivel personal y laboral.

Si queremos fortalecer la actividad en la corteza prefrontal izquierda que activa las emociones positivas, es importante tomar pausas para recuperarse de las exigencias laborales estresantes, darse pequeños gustos como un buen café, hablar con aquella persona especial, una lectura corta sobre el tema apasionante, tomar un descanso de 10 minutos al aire libre, son entre otras, estrategias para relajarse y cambiar la mente a un foco de atención positivo y reconfortante. Estas pausas permiten que la gente entre en un momento de recuperación primordial para enfrentar las exigencias.

Otra de las prácticas especialmente productivas son las relacionadas con la meditación. Se ha demostrado que la meditación es realmente un entrenamiento del foco de atención, es centrarse en el momento presente sin hacer juicios de valor. El meditar sobre la respiración genera que los mecanismos fisiológicos de la respiración relajen el resto del cuerpo. Se ha hablado de que se pueden realizar prácticas de respiración lenta y concentrada durante 5 a 10 respiraciones y esto estimula tranquilidad y serenidad para enfrentar situaciones difíciles o para calmar la toxicidad de las situaciones conflictivas.

Entre más practiquemos las estrategias que son útiles para cada persona y que generan emociones positivas, vamos a fortalecer estas conexiones cerebrales, para que cuando nos enfrentemos a situaciones difíciles, podamos estimular esta actividad positiva para recuperarnos más rápidamente. Está en nuestras manos asumir la responsabilidad de programar aquellas actividades que estimulen los circuitos de las emociones positivas.

Estas repeticiones son iguales que las repeticiones que hacemos en el gimnasio para fortalecer nuestros músculos, si las dejamos de hacer el músculo pierde fuerza y se debilita. Si nos comprometemos a crear situaciones y momentos emocionalmente agradables, este circuito neuronal positivo se va a fortalecer y vamos a mantener un tono emocional más constructivo y que nos va a aportar a la eficiencia emocional.