Una estrategia milenaria para entrenar una mente dispersa
La habilidad de poner atención se da por hecho y la realidad muestra que nosotros los seres humanos estamos más dispersos que nunca.
Consultora EFICIENTE-MENTE. Mayo 2014
Estar enfocado es una habilidad a la cual no se le ha dado la suficiente importancia. Pareciera que damos por hecho de que estamos enfocados o en otras palabras estamos atentos, sin embargo esto cada vez dista más de la realidad. Es una paradoja constante, que a pesar de que tenemos a nuestro servicio la tecnología, esta a su vez nos está volviendo cada vez más dispersos.
Usted no es la única persona que se ha visto en una situación en la cual, ya sea en una conferencia, en una junta directiva o en su salón de clase, que supuestamente debe estar poniendo atención, sin darse cuenta le da rienda suelta a una cantidad de pensamientos e imágenes o información proveniente de nuestros celulares o Ipads que lo apartan del foco de su reunión. Es posible que solo se de cuenta de esta inhabilidad cuando en la mitad de su actividad, sea conciente que las demás personas están esperando su participación y usted no tenga mayor información para hacer su intervención.
Los investigadores Matthew Killingsworth y Daniel Gilbert hicieron un estudio en 2.000 adultos en las actividades diarias y encontraron que el 47% del tiempo, sus mentes no estuvieron enfocadas en las actividades que estaban realizando. Adicionalmente, lo más preocupante fue que se encontró que cuando la mente estaba dispersa, los participantes se sentían menos felices. Es por esto que se requiere investigar más a fondo para encontrar maneras de disminuir las distracciones mentales y fortalecer la habilidad para estar enfocado.
Si evaluamos este fenómeno de la falta de foco, basado en las tradiciones milenarias como el Budhismo, esto es descrito como “The monkey Mind”, es decir la mente que funciona como un mico que está saltando de una rama a otra y que no puede estar quieto en ninguna de ellas. Las prácticas de la meditación o estar “Mindful” requiere que nuestra mente esté centrada en el momento presente, poniendo toda la atención por ejemplo, en la respiración o en otros focos según la clase de meditación.
Realizar la práctica de la meditación en la respiración pareciera ser muy fácil, pero en la práctica los resultados son otros. Si usted hace sus primeros intentos, se va a dar cuenta que a los pocos segundos de estar centrado en la respiración, su mente fácilmente se desconecta y empieza a rumiar sobre los problemas, fantasear, analizar o planear cosas que tiene pendientes.
Si logra ser perseverante en su práctica, no solo va a darse cuenta cada vez más rápido que se distrae y por ende puede volver a su foco inicial, sino que también va a aplacar su mente para no dispersarse. Esto en la práctica se va a ver reflejado que cuando está en la mitad de su reunión importante, va a darse cuenta inmediatamente cuando ser dispersa y puede retomar a su foco principal. A nivel emocional va a lograr que no se quede estático en la mitad de un tumulto de pensamientos y emociones negativas, sino que va a tomar acción para cambiar a un foco o pensamientos más amables y posiblemente más constructivos.
Practicar la meditación es igual que ir al gimnasio a fortalecer los músculos. La única diferencia es que con esta practica milenaria, está fortaleciendo los circuitos neuronales que le permiten a su cerebro estar más enfocado. Esto explica el porque al meditar, se nos facilita dejar a un lado los pensamientos o elementos que nos distraen y volver a reestablecer el foco de atención en lo que nos interesa.