Nuestros diálogos internos

Lo que nos decimos a nosotros mismos tiene un gran impacto en la imagen que vamos creando de nosotros. Si queremos trabajar en la percepción de nosostros mismos o Autoestima, lo que primero debemos trabajar es en ser concientes de nuestros diálogos

María Fernanda González
Psicóloga Consultante EFICIENTE-MENTE.

En algún momento se ha puesto a observar la cantidad de cosas que nos decimos permanentemente? Posiblemente no en toda su totalidad porque muchos diálogos son semi-inconscientes. Un estudio concluyó que nos decimos 55.000 palabras diarias de las cuales el 75% son negativas. Porqué tanto diálogo? Porque nuestra mente es un ordenador que nunca descansa, ni siquiera cunado estamos dormidos. La tradición Tibetana afirma que nuestra mente es como un mico que salta permanentemente de una rama a otra sin control y esto se manifiesta en las cosas que opinamos y que terminamos diciéndonos a nosotros mismos: Tan bruto como se me ocurrió hacer esto? Es que yo nunca voy a alcanzar ese objetivo? Soy tan tímido que es imposible que consiga ese puesto? … Le suena familiar?

Muchas de estas afirmaciones nos las hacemos sin darnos cuenta y sin embargo el impacto que vamos haciendo en nuestra vida se va acumulando de manera gradual y progresiva. Si recurrentemente estoy pensando que soy ineficiente muy seguramente voy a empezar a actuar como tal y mi entorno va a terminar por convencerme de mi ineficiencia. Es por esto que podemos afirmar que las realidades se van creando en el lenguaje.

Una de las estrategias de la PNL es evaluar las creencias que tienen la personas de sí mismos y parte de ellas son construidas por las cosas que nos decimos. Es claro que si nosotros solo hablamos de las debilidades que tenemos, terminados por un lado sintiéndonos debilitados y por otro, desapareciendo todo el potencial que cada persona tiene para compartir.

Desde la corriente de la Psicología Positiva encontramos datos que confirman que dependiendo del lenguaje que usemos, vamos a crear diferentes estados emocionales. Cuando por ejemplo mantenemos una actitud de agradecimiento vamos a reforzar lo positivo debido a que el foco de atención va a estar ahí y no en lo negativo. Se ha demostrado que cuando pensamos y experimentamos emociones positivas, nos decimos cosas igualmente positivas y tenemos más actividad cerebral en la corteza prefrontal izquierda. Entre más repitamos este circuito neuronal o mantengamos una actitud constructiva de manera constante, vamos a decirnos cosas centradas en fortalezas y no en lo negativo como en las debilidades.

Las palabras que usamos de manera permanente se convierten en creencias y estas en realidades. Hablamos de programación neurolinguística porque es a través del lenguaje vamos creándonos programas que repetimos una y otra vez, que terminan por transformarse en nuestras propias realidades.

Cuando usted tienen una relación significativa con alguien como por ejemplo su mejor amigo, generalmente usted le dice cosas constructivas o por lo menos de las cuales poco se va a arrepentir. Si cada uno de nosotros nos percibimos a nosotros mismos como nuestros mejores amigos, muy seguramente vamos a tener otra clase de diálogos. Vamos a tener expectativas productivas sobre nuestras propias posibilidades y esta se va a convertir en la base que vamos a usar en la construcción de nuestras propios diálogos y apreciaciones.

Acostúmbrese a ser conciente de lo que se dice cada vez que algo diferente pasa a su alrededor. Cuando alguien comete una falla, cuando el que falla es usted, cuando se presentan circunstancias difíciles en su ambiente de trabajo. Aprender a ser conciente de lo que pasa cpn nuestra mente, o con lo que nos decimos, es el primer gran paso para construir mejores realidades y imágenes más positivas de sí mismo.