Hábitos de felicidad
Este es un artículo basado en una entrevista de Matthieuw Ricard: biólogo francés convertido al budismo y un gran promotor y colaborador de los estudios de Neurociencia de las prácticas budistas. Es considerado por los laboratorios de la Universidad de Wisconsin como el cerebro más feliz
Maria Fernanda Gonzalez M. Psicóloga Consultora EFICIENTE-MENTE.
Basado en la entrevista de Matthieu Ricard Matthieu Ricard nació en Paris en el año 1946 y después de recibir su doctorado en genética molecular decidió abandonar su carrera científica y dedicarse a la práctica del Budismo Tibetano. Miembro del Mind and Life Institute, aficionado a los encuentros y el desarrollo colaborativo entre científicos y estudiantes budistas.
Sus contribuciones han aparecido en Working with Destructive Emotions ( Trabajando con las emociones destructivas ), editado por Daniel Goleman y en otros muchos libros de ensayo. Está profundamente comprometido en la investigación de los efectos del entrenamiento mental sobre el cerebro en las universidades de Madison-Wisconsin, Princeton y Berkeley.
En Abril del 2007, fue considerado como el hombre más feliz de la tierra tras años de estudio de su cerebro, mediante resonancias magnéticas en el laboratorio de neurociencia afectiva de la universidad de Wisconsin. Matthiew en su conferencia hacía referencia por ejemplo al tema del placer y afirmaba que por ejemplo se puede disfrutar intensamente una tajada de ponqué de chocolate, igual la segunda pero posiblemente la tercera va a ser repulsiva. Es lo mismo que si uno disfruta el fuego de la chimenea por la calidez del ambiente y la temperatura, pero eso no implica que me voy a acercar sin límite porque voy a terminar quemado.
La definición de bienestar desde el punto del Budismo, es el profundo sentimiento de serenidad y un estado de complacencia que invade todos los estados emocionales. La creencia de que la felicidad reside en las cosas se complica cuando por alguna razón no puede obtener algo, generándole inmensa frustración. Pensar que la felicidad reside en el exterior hace que las personas se metan en una carrera permanente por alcanzar cosas, en un círculo de nunca acabar. Si uno mira las cosas desde el interior se verán de una manera completamente diferente.
La persona podrá tener la oficina más moderna, espaciosa y elegante en el último piso del mejor edificio, que si esta no es feliz desde su interior lo único que va a estar buscando es llenarse de otros cosas externas que no le van a permitir disfrutar lo que se tiene. Por otro lado uno encuentra personas en situaciones de dificultad grandes pero que tienen la habilidad de mantener la serenidad en un mundo libre. Las cosas materiales y externas tienen su importancia como vivir más, tener una mejor educación y preparación pero estos son factores auxiliares y no son suficientes por si mismos. Debemos tratar de desarrollar aquel estado que nos permita florecer y experimentar bienestar.
Disfrutar lo que se tiene en el momento presente, no esperar que cuando se obtenga se va a ser feliz. Se desvirtúa la experiencia del ser por el tener. El ser humano ha perdido un poco la capacidad de estar en el presente y ser conciente del momento que viven en le aquí y el ahora. Se está perdiendo lo que el Dr Daniel Goleman definiría como auto-conocimiento y auto-regulación, habilidades específicas y determinantes en la Inteligencia Emocional. Las emociones como la rabia, el odio, la arrogancia, los deseos obsesivos y las ambiciones no llevan a un buen estado emocional y esto termina afectando la felicidad propia y la de los demás; entre más permitamos estos estados emocionales vamos a sentirnos m?s atormentados, miserables, inseguros. La falta de auto-control de estos estados emocionales lo que en últimas termina generando es inestabilidad, conflicto.
Se ha demostrado el incremento de enfermedades tanto físicas como mentales motivadas por la falta de conciencia y manejo emocional. Las investigaciones de la Psicología Positiva gran parte la han dedicado a demostrar como comportamientos que implican el dar libremente, la gratitud y el querer ayudar a los demás sin esperar retribución, se convierten en facilitadores del verdadero sentimiento de felicidad y bienestar que terminarán de actuar como antídotos frente a las emociones destructivas.
Estamos en capacidad de crear este estado de bienestar transformando nuestra mente. La neurociencia nos enseña como la práctica constante puede generar cambios definitivos en nuestra mente; la capacidad de ser concientes de nosotros mismos, cuestionarnos sobre la naturaleza y funcionamiento de la mente, nos lleva a tomar decisiones concientes para crecer y mejorar en beneficio propio y del entorno. El entrenamiento de la mente es posible y es el antídoto contra las emociones negativas. Una estrategia muy productiva es examinar estas emociones desde el interior. Si uno examina constantemente la propia rabia este poder va a terminar disolviéndose.
El entrenamiento de la mente, como cualquier entrenamiento, toma tiempo y más aún cuando estamos hablando de los hábitos y tendencias que se quieren cambiar y que se han venido reforzado por muchos años. La transformación de la mente es el significado real de la meditación;es la familiarización con un nuevo estilo de vida. Los investigadores en neurociencia han confirmado la habilidad que tiene el cerebro para cambiar o neuroplasticidad. Así como por ejemplo el cerebro cambia cuando la persona se dedica a diario a la práctica del violín, de esa misma forma, se puede hacer con las características humanas como la bondad, la paciencia, la apertura y la gratitud entre otras, y se ha confirmado en los estudios de laboratorio con monjes budistas.
En las investigaciones en el laboratorio se ha certificado que la meditación de la compasión demuestra una mayor actividad en la corteza prefrontal izquierda (ondas gamma) que estimula emociones positivas, alegría, altruísmo, mientras que cuando hay más actividad en la cortez prefrontal derecha las personas está más dadas a la depresión, el aislamiento y la desconexión. El entrenamiento de la mente no es un lujo sino la calidad de la propia vida. Desafortunadamente nuestra sociedad invierte gran cantidad de tiempo y dinero en conocimientos, ejercicio, belleza física, pero muy poco en lo que realmente necesitamos que es nuestra calidad de mente que se traduce en la calidad de nuestra propia vida.