Genética versus experiencia

Hasta hace poco la genetica era como una camisa de fuerza para todos los aspectos. Afortunadamente a nivel de nuestro cerebro y particularmente en lo emocional, podemos hacer grandes cambios que potencian los recursos personales. Por otro lado se pueden cambiar hábitos destructivos que antes se consideraban como algo inalterable.

María Fernanda Gonzalez M Psicóloga Consultora EFICIENTE-MENTE.

Durante muchas decadas se asignó un papel completamente determinante al factor hereditario. En lo físico era muy claro que los genes transmitían a los hijos el color de la piel, la estatura, la contextura física que era lo más visible y tangible. Los estudios que se realizaron inicialmente con hermanos gemelos empezaron a mostrar que no toda la responsabilidad se debe a la genética. La creencia de la responsabilidad total de la genética empezó a desvanecerse y afortunadamente porque se pudo fundamentar el concepto del libre albedrío que tanto confirman las corrientes espirituales.

Seguidores de la Psicología Positiva empezaron a aplicar y difundir el concepto de la doctora Sonja Lyubomirsky llamado El Pie de la felicidad que explica la ecuación 50/40/10 en donde se afirma que la incidencia de por ejemplo el nivel de felicidad es el 50% de transmisión genética, el 40% a la actividad voluntaria del individuo y el 10% de las circunstancias no definidas. Esta conclusión libera a aquellos que en algún momento sintieron que no habían nacido con estrella y que estarían condenados a la mala fortuna y a la infelicidad.

Más aún si se consideran los estudios de la neurociencia basados en el tema de la plasticidad cerebral, nos encontramos que hasta el cerebro puede ser cambiado a través de las constantes experiencias y aprendizaje. Podemos entender el cerebro como un músculo, es decir que lo podemos fortalecer con las repeticiones organizadas o si no lo usamos se debilita y pierde su funcionamiento Use it or loose it . Un estudio que se realizó con conductores de taxis en Gran Bretaña se demostró que estas personas que tienen que recibir un entrenamiento de más de un año relacionado con los sistemas de avenidas y calles, desarrollan especialmente su capacidad para imaginar mentalmente los espacios y mapas. Adicionalmente se demostró que en estos sujetos, su cerebro tiene más desarrollado el hipocampo, que es el área involucrada en esta habilidad. De igual manera estudio realizados con sujetos que desde niños han practicado el violín de manera constante, se encontró que el área motora del cerebro específicamente la que maneja los dedos es más grande y desarrollada que la de las personas que no lo practican.

Todo esto confirma que tenemos la grandísima posibilidad y responsabilidad de darle un giro de cambio a nuestras vidas. No solo en la adquisición de habilidades intelectuales y físicas, sino también en cuanto a las habilidaes emocionales. El punto principal es tener la capacidad de decidir y establecer lo que queremos lograr y organizar rutinas y estrategias que nos permitan llegar al punto que queremos. Estrategias innovadoras aplicadas en los programas de coaching por ejemplo, están organizadas en crear objetivos de trabajo con datos precisos y estrategias que mantengan conductas que nos llevan al éxito.