Mantener lazos profundos

Tener la capacidad de crear y mantener lazos profundos al interior del equipo de trabajo es una gran estrategia para los equipos de trabajo eficientes.

Elaborado por María Fernanda González M.

Consultora EFICIENTE-MENTE. Marzo 2014

Cuando los especialistas hablan del término bonding, se refieren al proceso de apego que se desarrolla en primera instancia, entre padres e hijos y posteriormente, entre los amigos cercanos y los enamorados. Este tipo de relación más profunda, se basa principalmente en emociones como el afecto, la cercanía y la confianza. En otras circunstancias relacionales, el apego se construye especialmente cuando se comparten actividades y espacios comunes. Adicionalmente los investigadores de este tema, se referían principalmente a aquellos lazos emocionales profundos que se establecían entre dos personas unidas emocionalmente.

El psicólogo que más desarrolló este término fue John Bowlby y hablaba de la necesidad de establecer estos lazos consolidados que sirvieran de soporte de la salud emocional de los niños. Esta clase de lazos emocionales es lo que le permite al niño sentir la seguridad de encontrar una persona que lo ayude a conocer el mundo de las emociones, a sentirse protegido y a disfrutar la cercanía de su madre, lo que luego se traduce en relaciones interpersonales positivas.

Cabe aclarar que las primeras alusiones al tema del apego se presentaron en los diálogos de Platón, donde afirmaba que el amor dirige y mantiene los lazos y el bonding de la sociedad.

Desde la neurobiología se ha comprobado que cuando se manejan relaciones cercanas, el organismo secreta hormonas como la oxitocina y la vasopresina que no solo estimulas las conductas de apego, sino que a su vez, disminuyen el stress y la producción de hormonas relacionadas con esta condición, como la llamada cortisol. Diferentes experimentos con humanos en el laboratorio han encontrado que la oxitocina también estimula las conductas de confianza y cercanía, experiencias básicas para las relaciones y el trabajo en equipo.

La importancia de las buenas relaciones y de manejar un adecuado bonding, se requiere no solo en el ámbito personal, sino también en la vida profesional y más específicamente en el trabajo. Ser eficiente en el mundo laboral, implica tener la capacidad de establecer buenas relaciones que nos permitan fluir e interactuar en equipos eficientes.

Cuando me refiero a relaciones interpersonales constructivas implica una buena dosis de inteligencia emocional. Aquella capacidad de ser conciente de las emociones propias, es decir conocer los propios sentimientos, sueños y motivaciones y hacia donde las puedo enfocar y manejar. Implica igualmente la habilidad para ser capaz de conectarme con el otro y entender sus emociones y deseos de tal forma que en conjunto se potencien las habilidades de cada uno.

Ser emocionalmente inteligente, es la mejor manera de lograr verdaderos equipos de trabajo y que a su vez logren la eficiencia. Teniendo en cuenta que las emociones no se quedan encerradas en la mente o en el alma de cada persona como si fuera un recipiente hermético, es indispensable conocerlas, manejarlas y saber como podemos contagiar a los demás de nuestra propia emocionalidad.

Los equipos de trabajo de alto rendimiento y productividad son aquellos que tanto el líder como sus colaboradores son capaces de manejar las altas cargas de exigencias, ser capaces de ser creativos e inspiradores para lograr con base en la colaboración, el resultado programado.

Es por esto que los equipos de alto desempeño requieren trabajar en construir las siguientes condiciones:

1.Crear un diálogo en el cual se resalten más las fortalezas de cada individuo para ponerlas al servicio del desempeño grupal. Cada persona tiene la capacidad de aportar lo mejor.

2.Mantener una actitud de “si se puede” a pesar de que las circunstancias parecieran demostrar lo contrario. Esta actitud abre posibilidades y ganas de hacer algo diferente para salir adelante, es decir estar en el punto de buscar posibilidades y no cerrar las puertas.

3.Descubrir aquellos puntos de encuentro que crean el sentimiento de unidad a pesar de las diferencias. Es cuando creamos un sentido de pertenencia en el grupo para el cual trabajamos y no movernos como repúblicas independientes!!!

4.Aprender a construir sobre la diferencia basándose en el respeto mutuo. No tenemos que tener los mismos gustos pero podemos ser creativos y entender las diferentes perspectivas.

5.Ser empático es decir, ponerme en los zapatos de los de mi equipo para entender que necesidades, dificultades y fortalezas tiene cada uno para en el entendimiento saber superarlas y manejarlas.

Conocer y entender los puntos que tejen ese tejido de relaciones que se construye en los equipos, es una herramienta que potencia las habilidades técnicas y emocionales con que cuenta cada integrante. Realizar un adecuado “bonding” estimula definitivamente el éxito y la eficiencia.